Es una de las protagonistas principales del grupo de artistas surgidos en Galicia a partir del movimiento Atlántica, a pesar de que fijó su residencia en Valencia, ciudad donde se formó. Desde su primera muestra individual en la Galería Post-pos (1987), la crítica especializada apostó por su obra, respaldándola e impulsando sus muestras individuales en distintas galerías españolas: Víctor Martín (Madrid, 1989), Paral-lel 39 (Valencia, 1991), Galería Trinta (Santiago, 1992) o Rafael Ortiz (Sevilla, 1992). La consecución de una mención en los concursos artísticos Premio L’Oreal y en el XIX Premio Bancaixa de Escultura y Pintura de Valencia, junto con el respaldo institucional de las becas Unión Fenosa para creación artística en el extranjero (1996-1997) y la Beca de Escultura en el Parque de Esculturas Tierras Altas Lomas de Oro en Villoslada de Cameros (La Rioja, 2000), han sido un acicate para su carrera. Aunque el mejor ejemplo de la aceptación que ha logrado la obra de Pamen son las muestras monográficas organizadas por el cgac (Santiago de Compostela, 2001) y el Centro Cultural Torrente Ballester («Un solo sabor», Ferrol, 2003).
La obra de Pamen Pereira se mueve entre lo pictórico y lo objetual, entre las relaciones del mundo simbólico y el natural. Sus comienzos, a mediados de la década de los años ochenta, están marcados por el uso de elementos de contenido simbólico como el agua, el aceite y la luz, con los que realiza instalaciones con un fuerte componente poético que también está presente en su obra posterior. Partiendo del soporte fotográfico en grandes formatos, realiza reproducciones de reversos de hojas que posteriormente modificaba o intervenía, dibujando o superponiendo motivos de referencia, dotándolos de una carga emocional.
Actualmente, se ha distanciado de los fondos fotográficos que se han convertido en neutros espacios blancos sobre los que, dibujados con humo, surgen del vacío objetos de fuerte carga alegórica. La imagen congelada y reelaborada y el objeto real captado en su presencia física, pero cuestionado en su existencia temporal, se han convertido en una negra y flamígera silueta, como el perfil de un negativo captado en su aura.